Hace 22 años, al consagrado actor Michael J. Fox le diagnosticaron Parkinson, y aunque ha hecho pública su lucha contra dicha enfermedad, nunca había hablado detalladamente de la misma, como lo hizo ahora para la revista People.
Aunque en algún momento, el protagonista de Volver al futuro ha pensado tirar la toalla, nunca ha dejado de un lado la fe y el optimismo, pero es importante conocer de cerca una de más fuertes recaídas de ánimo.
Fue aproximadamente hace un par de años, cuando debían extirparle un tumor benigno a la celebridad o de lo contrario quedaría paralítico, pues la malformación le pisaba la médula espinal.
Pasada esta intervención, de la que se recuperó satisfactoriamente, vino la desgracia de nuevo a su vida. Fue justo una mañana cuando se disponía a salir de su casa para grabar la película Spike Lee, cuando sufrió una estruendosa caída que sin más ni menos, le reventó el brazo y nuevamente debió ir al quirófano.
“Fue la gota que derramó el vaso”, dijo Michael J. cuando comenzó a relatar este desagradable suceso.
“Estaba apoyado contra la pared, esperando a la ambulancia, y no paraba de pensar: ‘No puedo caer más bajo’. Ahí fue cuando empecé a cuestionármelo todo. No podía seguir poniendo al mal tiempo buena cara. Aquella situación no tenía un lado positivo; era todo dolor y arrepentimiento”, continúa.
Y aunque este suceso le hizo pensar que todo estaba perdido, de repente comenzó a pensar en toda la gratitud que debía sentir porque aparte de esto, también ha tenido éxitos, triunfo y buen camino vivido.
“No significa que tengas que aceptarlo como un castigo o una penitencia, pero sí tienes que ponerlo en perspectiva. Entonces, puedes ver cuánto espacio te queda para seguir mejorando, y eso te ayuda a pasar página”, dijo al respecto.
Otra cosa que lo hizo mejorar anímicamente, fue ver programas de competencias de los años 70, mientras cumplía su obligatorio reposo en cama.
Roger Swidorowicz